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1 Enero 2019
Entendemos por «inversión inmobiliaria» el empleo de una cantidad concreta de dinero en la compra o la venta de un bien inmueble. ¿Y qué es un inmueble? Generalmente una propiedad ligada al suelo que bien puede ser una vivienda, bien un edificio o una casa de campo. Por esa razón también reciben el nombre, mucho más coloquial, de «bienes raíces». Estos son los conceptos básicos que hemos de tener en cuenta en primer lugar antes de embarcarnos en la larga, compleja y burocrática aventura de comerciar con bienes inmuebles y realizar inversiones.
El siguiente paso, otro que precede a nuestra financiación o el inicio de nuestras actividades comerciales con bienes vinculados al suelo, es entender los distintos tipos de inversión inmobiliaria que existen. Podemos realizar un esquema muy básico con los más conocidos, quizá los básicos y a partir de los cuales surgen pequeñas o grandes variaciones de interacción inmobiliaria.
Para empezar, encontramos los fondos de viviendas, que, como su nombre indica, engloba exclusivamente las viviendas. Este concepto incluye algunos de los ejemplos anteriormente mencionados, como bloques de pisos o líneas de chalets en zonas rurales o urbanas. En el otro extremo se sitúan los fondos libres, que son, también deducible a partir de su nombre, aquellos bienes inmuebles sin límite y que presentan flexibilidad en cuanto al tipo de inversión.
En un término medio localizamos los fondos mixtos. Para ponerlo fácil, utilizaremos porcentajes: son aquellos fondos inmobiliarios compuestos por un 50% de viviendas y un 50% de otro tipo de inmuebles. También presentan cierta flexibilidad, aunque menos que los fondos libres, y desde luego es la mejor opción para aquellos inversores que no quieren encontrarse en un prototipo de comercio concreto, pero también necesitan establecer un patrón de acción determinado que no sea tan abstracto como en el caso de las inversiones libres.
A continuación, solo nos queda escoger el tipo de inversión, siempre en función de nuestras propias limitaciones y las vías que nos vemos capaces de seguir, y comenzar con la tramitación y las relaciones comerciales. Invertir en bienes inmobiliarios es más fácil de lo que parece.
Eduardo Fuentes.
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