Cómo sacarle partido a la compra a plazos

A veces necesitamos adquirir un producto que no es precisamente barato, como un electrodoméstico imprescindible para el día a día, o una cámara reflex a buen precio para nuestras próximas vacaciones. ¿Qué podemos hacer en esos casos si no disponemos de fondos y ahorros suficientes para conseguirlo? Hay opciones.

Por ejemplo, y según un estudio del comparador de créditos WannaCash.es, mucha gente recurre a día de hoy a los préstamos solicitados a través de internet para pagar cualquier eventualidad económicamente elevada, pero no tanto como para acudir al banco a pedir un crédito mucho más grande.

No obstante, a veces no se trata solo del dinero del que dispongamos o que deseemos solicitar, sino de las facilidades de compra y pago que ofrecen las tiendas. Por lo general, las multinacionales y las tiendas franquiciadas aceptan la modalidad de pago a plazos.

Cualquier persona que haya comprado productos caros en cualquiera de estas tiendas sabe cómo funciona: el pago, en lugar de ser inmediato y total, se realiza a plazos, y el resultado es muy positivo teniendo en cuenta que podemos pagar poco a poco y sin deshacernos de demasiada cantidad de dinero al mes. En otras palabras, solo se requiere paciencia, y es un sistema de pago altamente compatible con los gastos del día a día y las obligaciones del mes, sean alquileres o sean facturas.

Naturalmente, una persona puede combinar las dos cosas si lo desea: créditos online rápidos y pago a plazos. Se puede dar la situación de que un mes concreto, durante el pago a plazos, la persona tenga dificultades para cubrir todos los gastos porque se ha visto obligada a solucionar alguna contingencia económica inesperada.

En esos casos, es una buena idea la combinación. Por otro lado, es muy importante tener en cuenta que cada tienda establece sus condiciones, y algunas pueden exigir la presencia de una nómina de trabajo activa para conceder la venta a plazos. Lo mejor, en cualquier caso, es informarse a fondo y estudiar bien el panorama sin precipitarse. Las prisas no son buenas consejeras, y mucho menos en cuanto a dinero.