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28 Junio 2019
El riesgo es una situación que no tiene posibilidad de evitarse de ninguna manera. Eso no quita que haya la capacidad de aumentarlo o disminuirlo acorde a la necesidad de cada quien. ¿Pero por qué alguien querría acrecentar el riesgo, si es algo que a priori es malo? Lo primero es que no se trata de algo específicamente malo, y lo segundo, es que a mayor riesgo, mayores son las ganancias.
Es por esto que hay personas que prefieren hacer crecer sus posibilidades de pérdida, a cambio de que sus beneficios sean mucho mayores que antes. Jugar sobre lo seguro no necesariamente sale rentable. Claro, para entrar en este juego financiero, es necesario tener un fondo dedicado a este fin. Entrar en ese mundo con deudas y con dinero del sueldo, es una irresponsabilidad total.
En caso de formar parte de una lista de deudores morosos, existe la posibilidad de hacer una apuesta muy compleja y bastante delicada, que puede solucionar los problemas: pedir minicréditos con ASNEF. Para quienes tengan la habilidad suficiente, puede ser una opción tentadora.
Hay varios tipos de riesgos, que valen la pena de entender para comprender de qué se trata el tema, a saber:
1) El riesgo de liquidez. Es la situación en la cual se invierte en algo, pero no se puede disponer de una liquidez a placer. El ejemplo está cuando se compra un inmueble. Solo cuando se concreta una venta es que se puede disponer de ese dinero.
2) El riesgo de mercado. Se trata de un contexto en el cual la situación económica no permita una rentabilidad. Un ejemplo puede ser un país con una inflación extrema, o uno en el que la población tenga muy bajo poder adquisitivo, como para hacer crecer un negocio allí.
3) El riesgo cambiario. En caso de tener ahorros en una moneda extranjera, existe la posibilidad de que esa moneda se devalúe, por ejemplo. Otra situación pudiera ser tener una deuda en la moneda de otro país, pero al haber una devaluación de la nacional, la deuda se acrecienta y se hace más difícil de pagar.
Independientemente del tipo de inversión a hacer, nunca va a ser posible eliminar por completo el riesgo. Lo que sí es que se puede medir evaluando un poco el contexto al cual se le va a dedicar el capital. Dependiendo de las necesidades de una u otra persona, y su habilidad para manejar la situación, una opción le será más conveniente que la otra.