Los obstáculos de trabajar como autónomo

A simple vista, la vida del profesional autónomo se presenta mejor que la del trabajador en nómina. Al fin y al cabo, en el primer caso el trabajador o la trabajador es quien escoge a sus clientes, quien decide lo que quiere cobrar por su trabajo, quien establece libremente su espacio de trabajo y quien se crea su propio horario. Esa autonomía, de la que viene precisamente la palabra «autónomo», es la que envidian los empleados que se ven obligados a ceñirse a un horario laboral y que, en esencia, no son sino herramientas humanas de un CEO.

Pero no es oro todo lo que reluce, y la vida del autónomo es a menudo engañosamente libre. Para empezar, no siempre tiene la posibilidad de rechazar los trabajos que no le interesan, y además no hay ningún tipo de equilibrio en ninguno de ellos. Por ejemplo, el traductor autónomo bien puede tener que afrontar un exceso de trabajo durante solo un mes, uno que además elimine la posibilidad de descansar los fines de semana de la ecuación, como un mes de sequía absoluta en el que no le entre ninguno.

Por eso para el autónomo el ahorro no es recomendable, sino vital. Cualquier pequeña operación financiera, desde el pago mensual del alquiler hasta la solicitud de créditos rápidos, puede convertirse en una odisea debido a esta falta de estabilidad económica. Pero además, a todo esto hay que sumarle la acción de fijar los precios deseados por trabajo. No es fácil. ¿Estaremos cobrando demasiado, algo que suele tener la consecuencia de que el cliente decida contratar a otro profesional? ¿Cobraremos demasiado poco, por el contrario, y no estaremos amortizando como es debido nuestro agotador tiempo de trabajo?

Además, si somos traductores, correctores o personas que trabajan con palabras y caracteres, ¿es mejor establecer una cuota por esas palabras y caracteres, o es más sensato cobrar por horas de trabajo? Al fin y al cabo, las palabras son engañosas, y un trabajo de 300 palabras puede ser más sencillo que otro también de 300 pero más complejo. La vida de autónomo es complicada.