El poder de los vínculos familiares.

La infancia de los niños es muy importante. Es cierto que la educación es fundamental. Tienen que crecer conociendo ciertos valores, y esos valores tienen que fomentarse en el respeto de todas las personas sin que medien razones de género, orientación sexual, raza, tipo de cuerpo para despreciar a nadie.

Tenemos que empezar a formar una nueva generación de personas inclusivas, que tengan muchos menos prejuicios que nosotros y que aprendan a construir una sociedad basada en la igualdad real, en la comprensión del otro y de su identidad. Naturalmente, es importante que la educación de las escuelas contribuya a ello, pero nada es más importante que la ética transmitida por madres, por padres y por familiares en general.

Luego está la otra cara de la infancia, la cara alegre. Una buena educación consiste en encontrar un equilibrio entre firmeza y amor. A los niños hay que educarlos premiándolos por sus buenas conductas y razonando con ellos sobre por qué las malas son erróneos. Además de eso, han de sentir el cariño de los progenitores. No se les puede mimar, eso está claro, tienen que aprender a desenvolverse por sí mismos.

Sin embargo, de vez en cuando, un regalo inesperado, algo que sea inolvidable, hará que crezcan mentalmente felices, sanos y estables. Por ello, y si sienten que pueden hacerlo y que desean hacerlo, no reparen en gastos si sienten la tentación de usar un crédito online rápido en irse de vacaciones a un parque de atracciones de fama internacional, o de vacaciones a un sitio divertido.

Porque los lazos familiares son importantes. No solo porque hay que querer y apreciar a los hijos para que ellos sientan esa calidez, sino porque un vínculo emocional fuerte contribuye a que el niño asimile las enseñanzas morales de su padre y su madre, de sus dos padres, de sus dos madres, de su madre soltera o de sus padres adoptivos. Nada de eso importa.

Por ello, si un simulador de préstamos les ayuda a encontrar uno que cubra el viaje, o si sus ahorros son lo bastante abundantes, úsenlos. Merece la pena.