Pensar a largo plazo para ser rico

Gran parte de las malas decisiones financieras que se toman día a día tienen que ver con no saber medir las consecuencias. La falta de visión y de planificación generan desastres que no se perciben al momento, eso es lo verdaderamente peligroso. Puede parecer que lo que hoy no afecta en nada, no tendrá consecuencias a futuro, pero no es así. La inmediatez siempre tiene un precio a largo plazo. 

La riqueza va a venir como consecuencia de un estilo de vida, no al revés. Pareciera un poco disonante, ya que mucho dinero puede cambiar la vida de alguien, pero no es así. Lo mismo pasa en el ámbito laboral, de ahí la importancia de mantener en órden las finanzas de la empresa, pues una entidad o persona que no tenga en orden sus finanzas y que no piense en las consecuencias, por mucho dinero que tenga, siempre va a volver a la pobreza. La clave está en entender que todas, absolutamente todas las decisiones impactan en el futuro.

Comprar un café todos los días en la panadería, en lugar de prepararlo en casa, puede parecer inofensivo al momento de hacerlo. Pero cuando se suman la cantidad de cafés comprados al finalizar el año, la cifra será muy considerable. Este es un ejemplo muy pequeño de lo que puede llegar a ser tener o no una visión adecuada para tomar las decisiones asertivas.

Hacer de los créditos online en el acto un hábito para solventar las urgencias económicas, significa jugar demasiado con el peligro. Es muestra de que no hay ahorros para enfrentar una situación imprevista (no se pueden saber cuándo van a ocurrir, pero sí que están a disposición de aparecer en cualquier momento) y de que probablemente esa persona no tenga una planificación financiera. Tener este perfil y pedir créditos urgentes es demasiado arriesgado, ya que habría la facilidad de caer en impagos y tener intereses altísimos como una de las muchas consecuencias.

Una persona que desee ser rica debe entender que todo sacrificio que haga hoy, es por tener una recompensa en el futuro. Se trata de cambiar la forma de ver la vida, de pensar a largo plazo. No son gastos, son inversiones. Y que tengan buenos o malos resultados dependerá de la forma en la que se tomaron esas decisiones.

Aplicar esto en el día a día no es fácil. Está demasiado arraigado que ser rico cambia la vida. Pero para ser rico, hay que cambiar la vida. Para comenzar a tomar la actitud correcta, hay que detenerse a pensar antes de comprar algo o de adquirir un hábito que requiera de tiempo y dinero: <<¿esto qué posibles consecuencias traerá dentro de X cantidad de años?>>.